Distribución del tejido empresarial español

¿Cuáles son las características del tejido empresarial español?

Cuando se habla del tejido empresarial español nos estamos refiriendo a cómo se distribuyen las empresas en España. Cómo se dividen en cantidad según su sector, según el número de trabajadores, y otros factores que suele resultar de interés analizar.

Analizar estos datos permiten ajustar estrategias estatales para poder ofrecer a las empresas ayudas u otras medidas que ellos creen oportunas. También sirve para medir los casos de éxito y fracaso que se ha dado en nuestro país al crear una empresa, pues así se determinan qué medidas se deben llevar a cabo para que no existan más fracasos en el futuro.

¿Cómo se distribuye el tejido empresarial español por sector de actividad?

Antes que empezar a contaros la cantidad de empresas que existe por sector de actividad en nuestro país, tenemos que resaltar algunos datos curiosos que se han extraído de las últimas encuestas.

En primer lugar, decir que la fuente de todos los datos que mostraremos se tratan del Instituto Nacional de Estadística (INE), que se encarga de realizar encuestas, informes y reportes interesantes del país. Para realizar comparaciones de datos oficiales o importantes como lo son el hablar del tejido empresarial se toman estos datos (además porque tampoco hay ninguna empresa que lo haya hecho hasta el momento).

Puesto que los datos completos de 2018 aún no han salido podemos mencionar solo los resultados hasta finales de 2017 y principios de 2018. Destacamos que el número de empresas activas en España se situó en más de 3’3 millones, teniendo un crecimiento del 1’7% con respecto al año anterior (en el que se cerró el ejercicio con 3’2 millones inscritas).

La distribución de las empresas en España por sector de actividad es de la siguiente forma:

  • Sector Comercio. Este sector representa un 22’4% del total de empresas que existen en España. En el sector Comercio se engloban actividades de venta mayorista, venta minorista e intermediarios del comercio, de todo tipo de productos. Cabe mencionar que este sector ha bajado con respecto al año pasado en el número de empresas existentes.
  • Sector Construcción. Representa el 12’4% del total de empresas de España, y hace referencia a las empresas dedicadas a la construcción en nuestro país.
  • Sector Industria. 6’2% del total de empresas del sector, cuyo sector engloba a empresas que fabrican productos en su mayoría físicos.
  • Resto de Servicios. Es uno de los sectores más grandes (59%) y engloba a empresas de hostelería, logística, empresas de telecomunicaciones, actividades financieras y de seguros, mobiliarias, científicas, administrativas, de asistencia social y sanitaria, etc.

¿Qué factores pueden explicar la composición del tejido empresarial español?

Para que el tejido empresarial español se comporte en la manera en la que está estructurado influyen ciertos factores que ponen en importancia políticas y leyes en nuestro país.

En primer lugar, deberemos hablar de la cantidad importante de pymes que existen en España. Frente a empresas pequeñas (de 9 empleados o menos) europeas, España se encuentra en una brecha negativa de productividad, que repercute en los datos de empresas que duran más tiempo en nuestro país. Además, podemos indicar que debido a esa brecha, no se puede aprovechar las economías de escala que se producen y generar por tanto mayores beneficios.

Otro factor importante es el hecho de que las crisis la soportan mejor empresas grandes. Esto es obvio, pues tienen una capacidad de absorción y de volver dinero líquido más rápida que otras empresas que se dedican a otros sectores o no tiene la capacidad para ello.

La importancia de sectores de agricultura, pesca y ganadería ganan mucho terreno en nuestro país, comparado con otros, debido a la gran diversidad que encontramos en el medio ambiente.

Por último, el factor de la digitalización de las empresas es una de las asignaturas pendientes y por el que el Gobierno ha apostado más y ha dedicado más esfuerzo. Las empresas no están preparadas para hacer frente a los cambios tecnológicos en el que se mueven.