Diversificación de inversiones
Cuando realizamos inversiones, tenemos el objetivo de conseguir una rentabilidad que nos reporte beneficios en el futuro. La rentabilidad de esa inversión depende directamente del riesgo que tomemos, de forma que cuanto mayor sea la rentabilidad que podemos conseguir, mayor será el riesgo que posee la inversión. Sin embargo, en muchas ocasiones, preferimos aportar por estrategias de inversión que reduzcan el riesgo de la inversión para asegurarnos de que no perdemos dinero. Una de estas estrategias consiste en la diversificación de inversiones, por lo que aquí te contamos en qué consiste.
¿Qué es diversificar el riesgo de la inversión?
Diversificar el riesgo de las inversiones consiste en repartir el dinero que quiere invertir una persona u organización en diferentes activos con el objetivo de reducir al máximo el riesgo que poseen. De esta forma, se amplían las opciones que tenemos de invertir nuestro dinero y tenemos menos posibilidades de perder todo nuestro dinero.
Es lógico el planteamiento de la diversificación para disminuir el riesgo a la hora de invertir. Si apostamos todo nuestro dinero a una carta tenemos dos opciones: ganar o perder. Si sale bien podemos obtener grandes beneficios. Sin embargo, en caso de que salga cruz, podemos llegar a perder parte de nuestro capital. Apostando a varias cartas pueden que algunas sean ganadoras y otras perdedoras.
En el mundo de los negocios, el riesgo es una de las cosas que más asustan a los inversores. Por ello, se estudia la diversificación del capital disponible en diferentes tipos de inversiones que pueden estar relacionados, o no tener nada que ver entre ellas. Así, también se pueden realizar inversiones con una mayor rentabilidad/riesgos y otras con un riesgo menor, de forma que, en caso de que algunas inversiones tengan resultados negativos, se puedan compensar con las que han obtenido mejor rendimiento.
Tipos de diversificación
Si quieres aprender a invertir correctamente, a continuación, enumeramos y describimos algunas de las formas en que se puede diversificar una cartera de inversión. Aunque lo adecuado a la hora de diversificar una cartera de inversión es tener en cuenta todas estas formas de diversificar posibles y optar por varias de ellas.
- Diversificación por Clase de Activo: involucra la inversión en diferentes tipos de activos, como acciones, bonos, bienes raíces, materias primas y efectivo. Cada clase de activo tiene diferentes niveles de riesgo y rendimiento, y su comportamiento puede variar bajo distintas condiciones económicas.
- Diversificación Geográfica: consiste en invertir en mercados de diferentes regiones o países. Esto protege contra riesgos específicos de un país o región, como crisis políticas o económicas.
- Diversificación Sectorial: implica invertir en diferentes sectores de la economía, como tecnología, salud, energía, etc. Cada sector tiene su propio ciclo económico y puede ser afectado por factores diferentes.
- Diversificación Temporal: aquí se trata de invertir en diferentes momentos, aprovechando las fluctuaciones del mercado a lo largo del tiempo. Esto ayuda a mitigar el riesgo de entrar al mercado en un mal momento.
- Diversificación por Estilos de Inversión: combina estrategias de inversión diferentes, como la inversión en valor (inversión en valor) y la inversión en crecimiento (inversión en crecimiento), para equilibrar la cartera.
- Diversificación Empresarial: la diversificación empresarial de una cartera es la forma más sencilla de diversificar. Se basa en comprar acciones de distintas empresas, aunque cabe recordar que para que se considere diversificación, las empresas no deben tener una correlación entre ellas.
Ejemplos de estrategias de diversificación
- Cartera 60/40: compuesta por un 60% en acciones y un 40% en bonos, es una estrategia clásica para equilibrar el riesgo y el rendimiento.
- Cartera de múltiples activos: incluye acciones, bonos, bienes raíces y oro, buscando una exposición más amplia.
- Fondos cotizados en bolsa (ETFs): los ETFs son instrumentos que permiten invertir en una canasta de activos, facilitando la diversificación.
Herramientas para la diversificación de inversiones
- Fondos Mutuos y ETFs: permiten la diversificación automática al invertir en una amplia gama de activos.
- Cuentas Administradas: servicios de inversión que gestionan una cartera diversificada en nombre del inversor.
- Software de Gestión de Carteras: herramientas tecnológicas que ayudan a monitorear y ajustar la diversificación de una cartera.
¿Qué ventajas ofrece la diversificación de inversiones?
Estas son las ventajas que tiene la diversificación para los inversores.
Diversificar una cartera es fácil
La diversificación es una técnica de inversión fácil y sencilla. Apta para todo tipo de inversores, incluso para los que inician su andadura en los mercados bursátiles. Basta con buscar activos que no guarden correlación para empezar a diversificar una cartera.
Diversificar entraña menos riesgo
La principal ventaja que tiene la diversificación de las inversiones es que con ella se reduce el riesgo total de la cartera de inversión. Al diversificar la inversión no se concentra todo el riesgo en un solo activo, por lo que no se depende de una única evolución en el mercado. La diversificación de las inversiones supone, por lo tanto, un menor riesgo para el inversor.
Diversificar implica mayor probabilidad de rentabilidad
Al diversificar se reduce considerablemente el riesgo de la inversión, tal y como ya hemos indicado. Pero, además, al repartir el capital entre diversos activos también es más fácil obtener rentabilidad. Con la diversificación de las inversiones existe una mayor probabilidad de obtener rentabilidad.
¿Qué es la sobrediversificación?
La sobrediversificación ocurre cuando un inversor distribuye su capital entre demasiados activos o instrumentos financieros, lo que puede diluir los rendimientos potenciales y aumentar los costos de gestión. En lugar de beneficiarse de la diversificación, el rendimiento general de la cartera podría volverse mediocre debido a la baja tensión entre las inversiones y la dificultad para monitorear y gestionar efectivamente un número excesivo de activos.