Depósitos bancarios
Los depósitos bancarios son una de las opciones que más personas eligen cuando tienen unos pequeños ahorros y quieren sacar rentabilidad a los mismos o simplemente quieren que sus ahorros estén en un sitio seguro. Las razones que pueden llevar a una persona a contratar un depósito bancario son muchas y muy variadas.
Existen diferentes tipos de depósitos en función de los requisitos y la rentabilidad que dan los mismos, así como de las condiciones que impone el banco para poder acceder a la cantidad depositada.
¿Qué es un depósito bancario?
Un depósito bancario es un producto financiero que permite al ahorrador poner una suma de dinero, a disposición de una entidad bancaria, para que esta la guarde y gestione. El dinero puede destinarse a más de un tipo de depósito, por los cuales, la suma depositada, quedara en custodia de la entidad bancaria, que se compromete a cuidar y gestionar el dinero, a cambio de ciertos intereses
Estos depósitos bancarios son la base del funcionamiento de la banca tradicional, ya que esa era la forma en que los bancos conseguían dinero para ofrecer servicios a otras personas. Cada depósito posee unas cláusulas y condiciones diferentes, pero suele ser una regla general que a mayor tiempo que dura el depósito, mayor es la rentabilidad que ofrece.
¿Cómo funcionan los depósitos bancarios?
Los depósitos bancarios destacan por su sencillez. Estos consisten en dos agentes principales, el depositante y la entidad bancaria.
Entre estos dos agentes, se da un acuerdo en el que el depositante (sea un individuo o una entidad) deposita una determinada suma de dinero en una cuenta bancaria y, el banco, se compromete a gestionar y cuidar los fondos. Hay que destacar que, a cambio de esto, los bancos suelen pagar ciertos intereses a los depositantes.
Características de los depósitos bancarios
- Seguridad: este tipo de producto financiero, es una de las maneras más seguras de inversión que ofrecen los bancos. Esto es así, ya que están respaldados por las entidades bancarias y, como sucede en más de un país, también por seguros gubernamentales.
- Liquidez: la liquidez es otro de los puntos a tener en cuenta al hablar sobre depósitos bancarios, más específicamente de cuentas corrientes o de ahorro, porque permiten el retiro de dinero en cualquier momento, lo que se traduce en una alta liquidez.
- Facilidad de acceso: poseen requisitos bajos, por lo que su acceso es amplio y sencillo para la gran mayoría de solicitantes.
- Flexibilidad: la variedad de opciones y métodos, hacen que sea posible encontrar depósitos que se adapten a la gran mayoría de necesidades, ya que existen en distintas formas y términos.
Conceptos principales de los depósitos bancarios
Para entender cómo funcionan los depósitos bancarios deberás conocer cuáles son los conceptos y características que poseen:
- Rentabilidad: son los intereses que se obtienen con el depósito, es decir, la cantidad de dinero que vamos a ganar con la inversión. La rentabilidad de los depósitos suele venir dada por la Tasa de Interés Nominal o la Tasa Anual Equivalente. Estos porcentajes hace referencia a los intereses anuales del depósito.
- Plazo: es el tiempo que va a durar el contrato de depósito. Es decir, durante cuanto tiempo el inversor va a dejar su dinero sin tocarlo. Es fundamental tener en cuenta nuestras necesidades, porque no podremos retirar el dinero antes de que se cumpla este plazo.
- Cancelación anticipada: es una cláusula que permiten algunas entidades en sus depósitos para poder retirar el dinero antes de que se cumpla el plazo. Sin embargo, puede ser que tengas que pagar una penalización por ello.
- Liquidación: hace referencia al momento en el que el banco paga los intereses de la inversión. Puede pagarlos mes a mes o al final del plazo.
- Renovación automática: es una cláusula que ofrecen algunas entidades para renovar el depósito en el momento que se termine sin necesidad de solicitarlo.
¿Cuáles son los diferentes tipos de depósitos bancarios?
Cuando hablamos de depósitos bancarios, es importante conocer las distintas modalidades disponibles, cada una con características específicas:
Depósitos bancarios a plazo
Estos son los más comunes. Se acuerda un período y una cantidad específica. Al finalizar el plazo, el monto depositado se devuelve al propietario junto con los intereses previamente fijados en el contrato. Los intereses pueden pagarse mensualmente, trimestralmente, anualmente, etc. Es posible rescindir el contrato antes de tiempo para disponer de una parte o la totalidad del dinero, lo cual afectará los intereses devueltos.
Depósitos bancarios a la vista o cuenta corriente
Este es uno de los productos más flexibles. Permite disponer de cierta cantidad de dinero sin afectar gravemente la rentabilidad esperada. Son cómodos y atractivos, y pueden contratarse fácilmente por Internet.
Depósitos regalo
En lugar de recibir intereses en dinero, se obtienen regalos equivalentes al monto que se hubiera recibido en efectivo. Estos pueden incluir televisores, smartphones o tablets. Sin embargo, es crucial evaluar si los intereses ofrecidos en un depósito bancario a plazo podrían ser más beneficiosos que los regalos. Aconsejamos comparar el porcentaje de intereses, el plazo de pago y la conveniencia de este tipo de depósito frente a otros.
Depósitos a interés variable
En estos depósitos, el interés varía según un indicador, generalmente el Euribor. Si el indicador sube, la rentabilidad aumenta. Si baja, la rentabilidad disminuye.
Depósitos estructurados
Requieren ciertos conocimientos financieros para su contratación. Ofrecen un interés fijo que depende de la evolución de un índice, una cesta de acciones u otro activo medible. La rentabilidad depende de estos activos futuros, por lo que es necesario tener una estimación aproximada de su evolución.
¿Cómo obtener rentabilidad con los depósitos?
La rentabilidad de los depósitos es la generada por los intereses que se obtienen por tener almacenado el dinero en él. Aunque los intereses es el mayor causante de la rentabilidad de los depósitos, existen otros factores que también inciden sobre esta, que comentaremos más adelante.
Los intereses
Para entender correctamente los productos financieros, es esencial distinguir entre la TAE (Tasa Anual Equivalente) y el TIN (Tasa de Interés Nominal).
- TAE (Tasa Anual Equivalente): La TAE es una medida que incluye el tipo de interés nominal, las comisiones bancarias y la duración del contrato, expresada de manera anual. Este representa una estimación real de las ganancias o costos asumidos por el consumidor en relación con la cantidad de dinero.
- TIN (Tasa de Interés Nominal): Es el interés que obtenemos por depositar el dinero cierta cantidad de tiempo. Esta tasa se basa en el precio de venta-compra del dinero en mercados españoles y europeos. A diferencia de la TAE, el TIN no refleja la rentabilidad o costo total del producto financiero, ya que no considera otros factores como las comisiones y la frecuencia de capitalización.
Plazo para invertir
Es muy normal pensar que, cuanto más plazo tenga el depósito, más rentabilidad obtendremos, pero esto a veces no es verdad. Algunos depósitos que duran menos meses se obtiene mayor rentabilidad que otros que duran más meses. El hecho de que dure menos da cierto interés más alto para incentivar a los usuarios.
Cantidad a invertir
Este factor es importante y fácil de entender, aunque debemos tener en cuenta algo. Es obvio que cuanto más dinero invirtamos mayor serán los beneficios que obtenemos. Aunque cabe destacar que los mejores depósitos son los que contienen una cantidad grande de dinero. Dicha cantidad debe ser superior a 1000 €, pues debajo de esta cantidad, los intereses anuales que obtengamos no serán sumamente grandes.
Además, si nuestro depósito no nos pone impedimentos a la hora de hacer movimientos de capital, podremos ingresar nuevamente dinero. Si alguna cantidad de dinero no la necesitamos a corto plazo, podremos ingresarla para que generen nuevos beneficios. Lo mismo sucede con los intereses que se vayan generando. Así, la cantidad a invertir se irá haciendo más grande con más posibilidades de que obtengamos más.