Cuenta corriente
En el contexto financiero actual de España, las cuentas corrientes juegan un papel crucial en la gestión del día a día de las finanzas personales y empresariales.
Con una creciente digitalización de los servicios bancarios y una economía que exige cada vez más agilidad en las transacciones, estas cuentas se han adaptado para ofrecer soluciones prácticas y rápidas, alineándose con las necesidades de accesibilidad y eficiencia de aquellos que las solicitan.
¿Qué es una cuenta corriente?
Una cuenta corriente es un tipo de cuenta bancaria que da lugar a la gestión diaria del dinero, por parte de quienes son titulares de dicha cuenta.
Mediante estas cuentas, es posible realizar distintos tipos de acciones, como son depósitos, retiros, transferencias, pagos de facturas y domiciliaciones. De la mano de estas, se incluyen tarjetas de débito y acceso a la utilización de la banca online (respectiva a cada entidad bancaria), lo que facilita la gestión eficiente del dinero.
Estas permiten, a los usuarios titulares de las cuentas, acceder a una mayor flexibilidad y liquidez con respecto a las transacciones que realiza, por lo que podríamos afirmar, que las cuentas corrientes, son una herramienta financiera que facilita y clarifica la gestión del dinero.
¿Qué tipos de cuentas corrientes existen?
Cuentas corrientes básicas
Estas cuentas contemplan los servicios básicos y esenciales, entre los que podemos destacar los depósitos, transferencias, retiros, entre otros. Son las cuentas básicas para la gestión diaria del dinero.
De interés
Se caracterizan por la participación de intereses sobre los fondos depositados, lo cual da lugar a la obtención de beneficios referidos del dinero depositado. Como punto en contra de este tipo de cuentas corrientes, vemos que están sujetas a más de una condición para la obtención de intereses y a requisitos de saldo mínimo.
Sin comisiones
Estas cuentas dejan de lado ciertos cobros, ya que eliminan o disminuyen ciertas tarifas que devienen de la gestión de los fondos. Además de esto, pueden poseer un número ilimitado de transacciones sin aumento de costo, dentro de una misma red específica.
Para estudiantes
Orientadas para aquellos a los que su nombre responde, poseen características específicas basándose en el beneficio de estos. En muchas ocasiones, poseen beneficios extra, como lo son la extensión de las comisiones, los descuentos, y el acceso gratuito a cajeros automáticos.
Conjuntas
Como su nombre lo indica, están orientadas a corresponder a dos o más personas, las cuales pueden acceder a los fondos. Estas destacan entre socios o parejas, ya que permiten una sencilla gestión de los fondos compartidos.
Para negocios
Las cuentas corrientes para negocios, están diseñadas para empresas, para las cuales ofrece beneficios adicionales. Además de crear estructuras de tarifas y comisiones diferentes a las vistas anteriormente, con el fin de aumentar las prestaciones hacia las empresas y emprendedores.
No residentes
Orientadas a extranjeros que no son residentes españoles. Permiten gestionar dinero y realizar transacciones sin ser residente fiscal en España. Requieren documentación adicional como el certificado de no residencia.
Principales características de las cuentas corrientes
- Acceso a fondos: este se da de manera inmediata. Permiten realizar retiros y depósitos en cualquier momento. Para esto, destaca la facilidad en el acceso, ya que se puede gestionar el dinero desde cajeros automáticos, sucursales bancarias o de manera online.
- Facilidades de pago: dan lugar a la emisión de cheques, transferencias y pagos de manera electrónica, lo que garantiza mayor seguridad, sencillez y velocidad
- Domiciliación: permiten la domiciliación de pagos recurrentes como facturas de servicios, hipotecas, y otros gastos regulares.
- Seguridad: incluyen medidas de seguridad como la autenticación de dos factores y alertas de transacciones para proteger la cuenta contra el fraude.
- Límites de gestión: estas cuentas, pueden poseer límites diarios en lo respectivo a retiros y pagos. De cualquier manera, estos se ajustan al banco y al tipo de cuenta que el usuario posea.
- Banca online: incluyen accesos a plataformas de banca online y a aplicaciones móviles. Esto. Resulta en facilidades para los usuarios, quienes pueden llevar un control completo de sus fondos, en cualquier momento y lugar. Esto facilita los pagos, depósitos y obtención de información.
- Posibilidad de sobregiro: Algunas cuentas corrientes permiten un sobregiro, proporcionando acceso a fondos adicionales hasta un límite acordado, aunque esto suele estar sujeto a intereses y comisiones.
¿Cuáles son los pasos para abrir una cuenta corriente?
- El primer paso es conocer muy bien la necesidad que existe, de esta manera será posible orientarse a un tipo de cuenta corriente en específico y que responda de manera correcta a la voluntad de quien la solicite.
- Es importante hacer un estudio de las diferentes opciones. Se debe tener en cuenta tanto los distintos bancos como tipos de cuentas, para poder seleccionar la opción que más se adapte a las necesidades.
- Debes tener todos los documentos necesarios ordenados y organizados de manera completa y correcta. Informarte bien sobre lo necesario, se traducirá en ahorro de tiempos y en reducción de errores.
- Una vez aquí, es necesario aplicar a la opción seleccionada. Esto puede hacerse de manera física, en la sucursal de la entidad bancaria, o de forma online. En este momento, se debe rellenar el formulario de solicitud y proporcionar los documentos recolectados anteriormente.
- En algunos bancos, se solicitará que se aporte un depósito inicial, este dará el primer paso de la apertura de la cuenta.
- Con todo realizado y la solicitud aceptada, se notificará la activación de la cuenta y se proporcionará una tarjeta, para facilitar la gestión por parte del solicitante.
Requisitos y documentos necesarios para abrir una cuenta corriente
Para la apertura de una cuenta corriente en España, se requiere el cumplimiento de ciertos requisitos y documentos. Estos variarán según cada entidad bancaria, pero hay algunos que veremos coincidir más allá del banco del que se trate. Estos son:
- Documento de identidad: tanto el referido a ciudadanos españoles, como para extranjeros. Aquí podemos considerar viable tanto el DNI como el pasaporte.
- Mínimo de edad: generalmente, se destinan a aquellos solicitantes que poseen una edad superior a los 18 años. De cualquier manera, hay entidades bancarias que ofrecen producto de este tipo, a menores de edad, con la debida autorización legal.
- Documentos que comprueben el domicilio: podemos incluir la factura de servicios públicos, contrato de alquiler, o certificado de empadronamiento, entre otros.
- Se debe presentar el número de identificación fiscal (NIF): en caso de que el solicitante sea extranjero, se debe considerar el NIE.
- Comprobante de ingresos: nómina, declaración de impuestos, o cualquier otra prueba de ingresos, especialmente para cuentas nómina.
- Historial de crédito: algunas entidades bancarias pueden tener en cuenta el historial crediticio, para conocer las gestiones pasadas del solicitante y determinar que cumple o no con los requisitos necesarios.
En caso de no tratarse de un solicitante que sea residente español, se deben tener en cuenta ciertos documentos adicionales:
- Certificado de no residente: este es emitido por la policía nacional o por el consulado español en el país de origen. Este es solicitado para poder llevar a cabo más de un servicio por parte de las entidades bancarias españolas.
- Domicilio extranjero: se debe presentar documentos que confirmen la residencia del solicitante, fuera de España. Dentro de estos documentos, podemos encontrar facturas de servicios o documentos similares que acrediten una dirección específica en el extranjero.
Consideraciones a tener en cuenta
Para estos procesos, hay muchos aspectos que, en ocasiones, se dejan pasar por alto, estos son:
- Comisiones y cargos: es importante verificar las comisiones de mantenimiento, cargos por transacciones y otros costes asociados. Estos tendrán gran importancia para determinar el valor total.
- Servicios adicionales: comprueba los servicios adicionales como banca en línea, tarjetas de crédito, y programas de fidelidad. Recuerda que mientras más conocimiento tengas sobre las distintas opciones, tomaras mejores decisiones.
- Condiciones especiales: algunas cuentas requieren la domiciliación de la nómina o mantener un saldo mínimo para evitar comisiones.
- Atención al cliente: asegúrate de que el banco ofrece un buen servicio de atención al cliente, especialmente si prefieres realizar gestiones en inglés u otro idioma.