El dinero inorgánico o dinero fiduciario hace referencia a aquel que se respalda en la confianza de una sociedad en concreto. Es decir, no solo se respalda en la tenencia de metales preciosos o cosas de valor, sino que la gente tenga una creencia de que ese dinero tenga valor.
El dinero inorgánico también se denomina papel moneda o dinero inconvertible. Desde siempre se ha considerado que el dinero solo podía tener un valor intrínseco al mismo (que valía por lo que estaba compuesto). Sin embargo, este método a día de hoy no sirve: el número de transacciones y el movimiento de dinero ha impedido que el valor se reserve exclusivamente al valor del dinero.
El Patrón Oro ha condicionado que este concepto tenga más o menos valor. En la actualidad, el concepto de dinero fiduciario ha derivado a un sistema fiduciario, en el que se basa en la confianza o fe para valorar las monedas y billetes que se emiten. Es el sistema que, a día de hoy, perdura en la mayoría de las economías: nos creemos que 100 euros vale eso, cuando a lo mejor el coste de la impresión del billete cuesta menos de un euro.
¿Quién controla el dinero fiduciario?
La emisión y control de este dinero la llevan a cabo organismos del país y supranacionales, como lo son el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central Europeo (BCE), entre otros.
Estas organizaciones tratan de hacer que la confianza entre usuarios y consumidores persista en el tiempo, así como velar por su autenticidad. Gracias a ellos, el dinero real que existe en la actualidad puede perdurar, ciñéndose al que se describe o al valor que representa.