El concepto de gastos no operativos o no operaciones hace referencia a las salidas de dinero de una empresa por razones inesperadas, que no están incluidas dentro de la rutina cotidiana del negocio. Por lo general se tratan de pagos ocasionales que no tienen una relación directa con el objeto social de la misma ni con sus actividades ordinarias.
En toda empresa se contabilizan en sus finanzas dos tipos de gastos. Por un lado, los operativos, y por otro los no operativos. Para entender mejor la definición de gastos no operativos podríamos hacer mención del término gastos operativos, que representa todo lo contrario. En este caso hace mención al dinero que desembolsa una organización por concepto del desarrollo de actividades propias del negocio. Entre ellos se encuentran por ejemplo el pago de sueldo de los trabajadores por cuenta ajena, suministros, pago de alquileres, impuestos, hipotecas, publicidad y comercialización.
Ejemplos de gastos no operativos
Hay varias situaciones que pueden provocar estos gastos no operacionales. Entre ellas se encuentran las sanciones, multas, incendios, averías o recargos por parte de las administraciones, entre otras cosas.
Los gastos no operativos no están pensados para garantizar el adecuado funcionamiento de un negocio, ya que más bien son una solución para solventar las incidencias que vayan surgiendo de manera repentina y que son ajenas al objeto social de la compañía. En caso de no abonarse los gastos no operativos la empresa podría tener importantes problemas.
Pese a tratarse de gastos imprevistos, no contemplados en los presupuestos de una empresa, sí que deben aparecer en las cuentas de la misma para entender con más facilidad en qué se invierte el dinero de la compañía y así gestionar mejor los recursos disponibles. Todo gasto que se genera debe darse a conocer y clasificarse en la sección adecuada para facilitar la comprensión de las cuentas de la organización.