Este concepto fue acuñado por el economista estadounidense Arthur Okun, cobrando gran relevancia entre los ámbitos económicos y financieros de un país. La ley de Okun trata de definir la relación empírica existente entre las variables de la tasa de desempleo y la producción de un país (medido en el PIB real que éste tiene). La relación lineal planteada entre ambas variables y las variaciones porcentuales que se producen indican que debería darse en términos negativos.
Cuando en una economía existe una situación de crecimiento (o está en expansión) y tiene un porcentaje de población activa estable, se debe aumentar el número de personas que trabaja para hacer poder así crecer su producción y bajar los datos de paro. En situaciones de recesión la cantidad de trabajadores bajará con respecto a una situación de crecimiento.
Por otro lado, cuando se habla de tasa de crecimiento potencial nos referimos al momento en el que todos los factores productivos se encuentran en su máximo, ya que se están usando todos para que la economía pueda dar aumentar lo máximo posible y que ésta pueda absorber.
¿Cómo calcular la ley de Okun?
La fórmula más extendida para calcular la ley de Okun es la que tiene en cuenta la tasa de crecimiento del país en relación a su producción y desempleo. De esta forma, la fórmula queda así:
ΔY/Y = k – cΔu
Donde:
Y: PIB real o nivel de producción
ΔY: Variación del nivel de producción
k: Porcentaje anual de crecimiento de la producción de pleno empleo
c: Constante que relaciona las variables de desempleo con la de producción
Δu: Variación producida en la tasa de desempleo
Obviamente, y como se ha demostrado con otras leyes o teorías económicas, se ha demostrado que la relación que produce la ley de Okun no es del todo estable ni es exacta, sino aproximada o en todo caso orientativa.