La venta atada consiste en vender un producto con la certeza de que se vaya a comprar otro producto a la hora de venderse el primero. Son condiciones del fabricante o el producto exigen para complementar la calidad, reputación o el buen uso de los bienes o servicios que comercializa.
Normalmente, se tratan de productos o servicios complementarios, que tienen relación entre ellos o que ayudan a mejorar la calidad de los productos que inicialmente se han adquirido.
Hay que tener especial cuidado con las ventas atadas que algunas empresas exigen a algunos distribuidores o clientes finales. Muchas veces, la estrategia de la empresa es intentar vender un producto a través de otro mercado que no tiene nada que ver con el mercado inicial.
Si esto ocurre y sale bien las cosas, la empresa puede quitar clientes a sus competidores, creando salidas de empresas del mercado y creando barreras a la entrada de nuevas.
Por ello, es importante saber cuáles son las condiciones que se deben de dar para que una venta atada sea denominada como anticompetitiva. Te comentamos los datos más relevantes:
- La empresa que lleva a cabo esta estrategia debe ser dominante en el mercado del producto que ata a otro
- La estrategia puede llegar a distorsionar el mercado porque el segmento afectado es significativo y/o los competidores no pueden sobrevivir si no venden sus productos al mercado
- La estrategia no se justifica por razones de eficiencia
- Los productos que exigen se compren uno y luego otro son diferentes desde un punto de vista técnico, pues no suelen guardar relación directa (y mucho menos en mercado)
- Los consumidores deben verse forzados a comprar los dos productos atados