Subrogación de la hipoteca

En este artículo te vamos a comentar cuál es el significado de la subrogación de hipoteca entre particulares, cuáles son sus ventajas y cuáles sus principales inconvenientes. Pero antes, tenemos que conocer en qué consiste dicha subrogación.

¿Qué es la subrogación de la hipoteca?

La subrogación deudora de una hipoteca consiste en la modificación del titular (o prestatario) que estaba hasta ese momento en dicha hipoteca. En este tipo de operaciones se intenta que las condiciones se mantengan iguales. Además, es especialmente útil cuando se va a comprar una vivienda y nos queremos librar de los gastos de contratar una nueva hipoteca.

Es un proceso más fácil y que ahorra, además de procedimientos administrativos, el tener que contratar una hipoteca para ello.

Beneficios de la subrogación de la hipoteca

Vamos a conocer a continuación los beneficios de subrogar la hipoteca:

Ahorro de gastos de constitución de una nueva hipoteca

Como ya hemos comentado anteriormente, al tener solo que sustituir a la persona deudora de la antigua hipoteca, nos ahorraremos algunos gastos en los que tendríamos que incurrir si tuviésemos que abrir una nueva hipoteca.

Estos gastos son los que se derivan de esta operación. En concreto nos ahorraríamos: comisiones de apertura de la nueva hipoteca, los gastos de gestoría, así como de notaría e inscripción registral de la hipoteca.

Ahorro en la comisión por cancelación

Esta ventaja o ahorro es más propia de la parte deudora inicial de la vivienda a adquirir. En este caso, la persona que vaya a vender la vivienda tendrá que proceder a una cancelación anticipada de la hipoteca, lo que incurriría en tener que pagar comisiones por la cancelación.

Desventajas de la subrogación de la hipoteca

Ahora es momento de conocer los aspectos negativos de subrogar una hipoteca:

Soportar condiciones de la hipoteca original

Suena muy bonito decir que nos ahorraríamos nuevos gastos de hipoteca, así como las comisiones de apertura, entre otros, pero realmente tenemos que mirar ciertos aspectos que no se nos pueden escapar de las manos.

Uno de ellos es que tendremos que soportar las condiciones que el deudor principal impuso en la hipoteca original. Es decir, que si por mes estableció que pagaría determinada cantidad durante X años deberemos ceñirnos a dichas condiciones. En muchos casos podremos modificar estas condiciones (negociándolo con nuestro banco), pero en otras: la entidad bancaria en cuestión no estará por la labor o no cambiará las condiciones establecidas.

Debemos tener cuidado con este aspecto, pues hay que conocer bien en qué condiciones nos encontramos con dicha hipoteca.

Pago de comisión por subrogación hipotecaria

Puede ser el caso de que en el contrato de la hipoteca se recoja el pago de una comisión por subrogación hipotecaria. En esta situación, dicho gasto se tendrá que tener en cuenta a la hora de elegir esta u otra alternativa.

No debemos dejarnos engañar por lo barato que pueda parecer, al ahorrarnos un gasto que, aparentemente, no pagaremos.

¿Entonces conviene la subrogación hipotecaria?

Esto es muy relativo, porque dependerá de cada caso, de las condiciones de cada hipoteca y de cómo sean las condiciones que se haya establecido inicialmente en el banco de la hipoteca.

En cualquier caso, deberemos tener en cuenta las ventajas que recibimos y si de verdad compensan los inconvenientes. Es decir, ¿las condiciones de la hipoteca general las vamos a poder absorber sin problemas o es mejor que abramos una nueva hipoteca?

Eso por un lado. Luego, si podemos asumirlo, ¿es relativamente más económico? ¿Nos conviene (por nuestros ingresos) tener que abrir una nueva hipoteca más ajustada a nuestro caso particular?

En el balance que hagamos encontraremos la respuesta a esta pregunta.