Economía sostenible
Una gran parte de la sociedad en la que vivimos empieza a preocuparse por la forma en la que se desarrolla nuestra economía. El consumo excesivo de recursos, las desigualdades económicas y las diferencias sociales que existen en nuestro planeta, provocadas por un sistema económico al cual se le empiezan a ver las consecuencias negativas de sus malas praxis.
Por ello, son muchas las personas y empresas que trabajan por un nuevo modelo económico basado en el buen hacer y una fuerte preocupación social y del medio ambiente. Esto es lo que se conoce como economía sostenible, y ya posee un gran volumen de negocio dentro de la economía de algunos territorios.
¿Qué es la economía sostenible?
La economía sostenible es el conjunto de actividades económicas que se realizan con el objetivo de fomentar una economía que se preocupe por la conservación de la especie humana y los recursos de nuestro planeta. Por ello, se basa en el desarrollo de un sistema económico-financiero basado en energías verdes, el consumo responsable y el trabajo por acabar con las desigualdades sociales.
Este modelo económico busca su crecimiento a través del desarrollo sostenible, por lo que todas sus actividades se rigen a través de principios de sostenibilidad social, económico y ambiental. De ahí a que la economía sostenible abogue por las actividades que promuevan las energías renovables, la agricultura ecológicas, políticas que generen empleo de calidad y políticas sociales que se encargan de ayudar a los más desfavorecidos, fomentando la igual entre todo los integrantes de un territorio.
Características de la economía sostenible
Este sistema económico posee unos rasgos fundamentales que lo diferencian del modelo actual predominante:
- Protección del medio ambiente: es uno de los principios de este modelo económico. Se preocupa por mantener la biodiversidad del planeta y reducir al máximo el impacto de la contaminación y el cambio climático.
- Uso de energías renovables: se promueven las energías alternativas que no producen contaminación y minimizan el impacto en el entorno.
- Aprovechamiento de los recursos: el uso adecuado de los recursos es fundamental para conseguir que perduren más tiempo. Por ello, es conveniente utilizar aquellas que puedan ser regenerados de forma natural. Además, trabaja por reducir el sobre consumo de recursos naturales actual, en el que se consumen más recursos de los que dispone el planeta.
- Fomento del reciclaje: se centra en un modelo de economía circular en el que los desechos producidos se reciclan para conseguir nuevos recursos que permitan producir nuevos productos. Reduciendo así los recursos adquiridos.
- Mejorar el nivel de vida social: promueve la igualdad entre las personas de cada territorio. Para ello, se preocupa por el desarrollo de los más desfavorecidos a través de la innovación y la educación.
¿Qué es el consumo responsable?
Los valores de una sociedad cambian. No son los mismos los pensamientos de este año con los de hace una década, y eso que solo se trata de 10 años. Por ello, conceptos como la economía social se ponen de manifiesto alrededor del planeta.
Al igual que cambian los valores, se modifican sus pensamientos y sus necesidades. De esta forma, el comercio y las exigencias del consumidor son cada vez más severas. Pero, ¿hasta qué punto esto es viable?
El concepto de consumo responsable intenta «apaciguar» esas exigencias tan reveladoras de los consumidores. Se basa en que el consumo que debería de existir debe ser uno real tanto para los demandantes como para el cuidado del medioambiente y a todos los organismos, en general.
Es decir, que se reduzca el consumo cuando no sea necesario y que sea el más limpio posible entre las diferentes ofertas.
Características del consumo responsable
Aquí podemos encontrar una serie de rasgos que definen el consumo responsable:
- Tener certeza de la calidad de lo que se compra es esencial. Asegurarnos los materiales y/o ingredientes que integran el producto que vayamos a comprar.
- Debemos evaluar el impacto medioambiental que la compra que vayamos a efectuar del producto es la adecuada o no. Si le afecta de manera considerable, descartaremos la opción de comprar el producto.
- Elegir la empresa a la que compraremos el producto, identificando su trayectoria y buenos quehaceres con el medioambiente.
- Elegir los productos según nuestros hábitos de consumo responsable que mejor nos beneficie a nosotros (económicamente) y al resto del mundo.
Poner en marcha el consumo responsable
Poner en marcha el consumo responsable no es una tarea fácil. Intervienen dos agentes (incluso un tercero): el consumidor, las empresas y, en ocasiones, el Estado. El consumo responsable viene dado de la mano de ambas partes: consumidor y empresas. Ambos tendrán que ceder sus privilegios para que sea cada vez más aceptado el consumo responsable de ambos.
Las empresas deberán de ser más cuidadosas con el medioambiente, creyendo e instaurando un sistema de economía circular en los productos o servicios que realizan. Para ello, es necesario realizar una gestión ambiental de la empresa correcta y que ayuden a reducir el impacto de la organización en su entorno.
Por otra parte, los usuarios consumidores deberán ser más pretenciosos a la hora de elegir una empresa, o incluso a la hora de seleccionar los productos que se ofertan.
El Estado deberá mediar entre ambos para que economía circular y ser caudalosos a la hora de seguir un consumo responsable se haga cada vez más real y fluido.
Beneficios del consumo responsable
El consumo responsable posee un gran número de ventajas, entre las que podemos encontrar:
- Tener en consideración los beneficios a largo plazo del cuidado al medioambiente. Ser cuidadosos con lo que consumimos, por el medioambiente y por nosotros: tener una mejor salud, no consumiendo productos tan degenerados biogenéticamente.
- Evitar desperdicio de materiales innecesarios: mayor uso de plásticos, es el más común. Hay veces que consumir ciertos productos se puede realizar sin necesidad de usar plásticos, ¿por qué no hacerlo? Sí, la respuesta es porque sale más caro, pero aquí entra el punto que ya hemos comentado anteriormente (debe de salir de ambas partes).
- Concienciación comunitaria del progreso hacia un mundo mejor es posible. Hacer algo solo es difícil, llevarlo a cabo con varias personas aún más. Ayudar a promoverlo haría que nos beneficiáramos todos a la vez.
- Respeto hacia las personas que están involucradas en el proceso de creación y distribución de los productos. Apoyando un consumo responsable también ayudaremos indirectamente a estas personas.
Consejos para realizar un consumo responsable
Para realizar un consumo responsable es necesario tener un poco de sentido común y evitar los excesos que cometemos en el día a día. Por ello, aquí te mostramos una serie de consejos para hacer un consumo responsable de forma sencilla:
- Reducir el consumo de plástico
- Cocinar siempre la cantidad que vayamos a comer
- No usar con exageración los sistemas de calefacción y aire acondicionado
- Reducir consumo de agua
- Bombillas de bajo consumo
- Apagar las luces que no sean necesarias
- Aprovechar la luz de día
- Regular el agua de la cisterna
- Usar el agua justa en la cisterna
Ahora que ya conoces qué es el consumo responsable, ¿por qué no te animas a practicarlo? Seguro que notarás las diferencia enseguida.
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