El término de acción colectiva es muy ambiguo dependiendo del ámbito en el que nos encontremos. También llamadas acciones sociales, las acciones colectivas no tienen un origen exacto, pues desde hace mucho tiempo los humanos nos encargamos de organizarnos en grupos o pequeños colectivos para poder así conseguir objetivos comunes que de otra forma no podríamos alcanzar.
Beneficios de la acción colectiva
En cuanto a las características más usuales de las acciones colectivas encontramos:
- En el ámbito político, son ideales para resolver problemas sociales de una forma muy eficaz
- Ofrecen una relativa estabilidad organizativa en un colectivo de personas, grupos o cualquier otra forma de organización
- Se centran en alcanzar unas ideas, objetivos o fines concretos
- El trabajo conjunto hace que se pueda alcanzar dichas ideas, objetivos o fines que se hayan planteado
Las formas más comunes de acción colectiva en el ámbito económico son los gobiernos de los países, que mediante leyes y acciones políticas se dirigen a un grupo de usuarios (ciudadanos) para brindarle la ayuda necesaria para cubrir sus necesidades.
Junto a ello, tenemos que incluir la provisión de bienes e infraestructuras públicas mediante la colaboración de dos o más individuos y valorar el impacto que genera.
Obviamente, para cubrir las necesidades de los ciudadanos se hace necesario tener infraestructuras o bienes públicos que permitan realizar dichas acciones. La puesta en marcha de acciones colectivas viene unida a la aparición de infraestructuras públicas que permitan su ejecución.
Un ejemplo muy sencillo es el de la enseñanza pública. Para poder llevar a cabo las acciones colectivas que se acometen (asesoramiento, enseñanza de contenidos, transmisión de valores, etc…) es necesaria la existencia de infraestructuras (como son centros públicos, parques, etc.). Gracias a ellas, las acciones que se llevan a cabo de manera colectiva se pueden realizar sin ningún problema.