El concepto de pasivo hace referencia al conjunto de deudas que una empresa posee. Así, el pasivo queda recogido en el balance de situación de toda entidad y por tanto es resultado de aquellas obligaciones de la empresa que han sido resultado de su actividad financiera.
En estos casos, el pasivo en contabilidad hace referencia al financiamiento recibido por una empresa a través de un acreedor, por ejemplo los impuestos a los que tributa o el pago a los bancos o el pago de los salarios de sus trabajadores.
Cómo se clasifica el pasivo de una empresa
El pasivo de una empresa deriva a raíz de sus obligaciones, ya sean estas a largo o a corto plazo. Por tanto, la clasificación del pasivo se divide en función del tiempo estimado para el pago:
- Pasivo exigible: también se denomina pasivo circulante. Es toda aquella financiación ajena a la empresa, los proveedores. Este tipo de pasivo es a corto plazo cuando las obligaciones vencen en un año y a largo plazo cuando vencen en un periodo superior al año.
- Pasivo no exigible: se le conoce como pasivo no circulante. En este caso se trata de los fondos propios que la empresa posee y que provienen directamente de las reservas y del capital social. Normalmente estos fondos encuentran su origen en los accionistas.