La acción de oro, o también llamada acción dorada, es una acción nominal que permite a su poseedor el derecho de veto sobre cualquier acción ordinaria, anulando así sus derechos políticos. Esta acción le permite vencer a todos los demás (acciones y accionistas) pero solamente en una votación bajo ciertas circunstancias. Lo más común es que el poseedor sea un Gobierno, o un Estado o una organización gubernamental. La acción de oro suele encontrarse en empresas privadas, y el porqué es por el Estado, que quiere mantenerlo todo bajo control aunque no tenga la mayoría de acciones. De esta manera, el Estado puede defender los activos o negocios frente a posibles compras hostiles de terceros.
La acción de oro tiene un derecho político innegable. Su derecho prevalece sobre todas las demás acciones, aunque las ordinarias y ellas sean equivalentes. Por lo tanto, podemos decir que esta acción tiene la mayoría de derechos políticos con independencia del porcentaje de acciones que tenga su poseedor.
Estas acciones tienen su historia. Aparecieron en los años 80, cuando el Gobierno Británico mantuvo acciones de oro con varias empresas privadas. Más adelante se introdujo en Rusia, en 1992, y a día de hoy ya se usa prácticamente por bastantes países.
Sin embargo, la Unión Europea siempre estuvo en contra de este tipo de acciones, ya que uno de sus pilares fundamentales es la libertad de movimientos de capitales. Por ello, empezó a condenar a todos los países que utilizaban estas acciones, y entre ellos estaba España.
De hecho, en el año 2000 fueron declaradas como ilegales, pero muchos gobiernos de distintos países siguen usando las acciones de oro. Así que podemos ver que aunque la economía evolucione, ciertas acciones o recursos siguen sin ser aceptados por muchos países o gobiernos.