El término de maquinaria hace referencia a un dispositivo mecánico compuesto por determinadas piezas (ya sean móviles o inmóviles) que permiten que interactúen entre sí y, mediante la interacción, transformarse en energía y poder realizar una acción determinada.
Probablemente, la mayoría pensamos que las maquinarias solo es cuestión de índole industrial, pero nos equivocamos. Las maquinarias están presentes en muchos aspectos y momentos de nuestras vidas.
Es más, nos podemos encontrar diferentes tipos de maquinarias: agrícolas, industriales, maquinarias ya usadas o por usar, domésticas, etc… Por ejemplo, una maquinaria doméstica es la que se dedica a hacer el café que nos tomamos cada mañana (recibe el nombre de cafetera); una maquinaria agrícola puede ser la dedicada a cosechar (llamada cosechadora); etc. En definitiva, es algo que podemos encontrar fácilmente en casi cualquier punto al que miremos ya que es muy habitual encontrar una.
Pues bien, las maquinarias industriales son aquellas que se usan en la industria en general (tanto agrícola, ganadera, sectorial, etc) y que sirve dentro de un proceso productivo para fabricar productos y servicios para después vendérselo a los consumidores finales. Ya hemos mencionado, por ejemplo las cosechadoras, aunque también encontramos sembradoras, fumigadoras y demás.
Y esto es solo para el caso de industria agrícola o ganadera. Si nos ponemos a pensar en otro tipo de industria, el número de maquinas aumentan y toman nombres más complejos. Tendríamos máquinas que mueven ciertos elementos o materiales a lo largo de la fábrica, la que lija ciertas piezas, la que empaqueta el producto, la que desenvuelve las piezas nuevas que han llegado, etc…
Por último, tenemos que mencionar la importancia de la valoración contable y financiera de la maquinaria en la empresa, pues se tiene en cuenta en la contabilidad de la misma (para poder amortizarla y ver el gasto que ha tenido).