B2C es un concepto vinculado al marketing que deriva del término inglés Business to Consumer, por el que se denominan así a las compañías que orientan sus servicios y productos al cliente final, a diferencia de las B2B o Business to Business, donde las empresas proveedoras trabajan con otras compañías y no con el consumidor final.
¿Qué es el Business to Consumer?
La definición de B2C está asociada a un modelo de negocio de comercio directo. Aunque este formato de venta directa del productor al cliente ya existía con anterioridad, la irrupción de Internet ha permitido facilitar aún más la venta por parte del propio productor, sin la presencia de intermediarios entre él y el cliente. Este modelo, por lo tanto, ha conseguido crecer en los últimos tiempos en detrimento del B2B.
Las acciones se dirigen en todo momento al comprador final, por lo que debe imperar el factor emocional y no el racional, como ocurre con el B2B. Por lo general, las ventas en el mercado B2C resultan más impulsivas y son de menor valor. El cliente no le presta tanta importancia a las características objetivas del artículo, sino a lo que aporta a su vida o a lo que le hace sentir.
Ventajas y desventajas del B2C
La principal ventaja que presenta el B2C para el consumidor es que le permitirá conseguir unos precios más económicos. Sin embargo, muchos artículos, por sus características, presentan una adaptabilidad complicada a este sistema, y de la misma manera muchos usuarios son reacción a su utilización. En cuanto a los inconvenientes del B2C, el principal es la falta de personalización de la venta electrónica y las complicaciones de tocar y ver físicamente el producto a adquirir.
Entre los ejemplos de B2C podemos destacar algunos casos como Dell o Samsung, que disponen de tiendan en línea donde los clientes pueden comprar sus productos. Ellos mismos fabrican los productos y se encargan de vender el artículo al consumidor final a través del comercio online o e-commerce.