El área de marketing de todas las empresas viene siendo, a día de hoy, casi imprescindible. Basta con mirar a cualquier empresa que ha triunfado o lo ha hecho, pues en ellas existen o han existido dicho departamento.
No obstante, el marketing ha sufrido (y lo seguirá haciendo) muchas transformaciones gracias al avance de la tecnología, que ha permitido a las empresas exponenciar sus ganancias. El telemarketing no se queda atrás: es un concepto que explica la relación entre la empresa y el consumidor o cliente potencial mediante cualquier medio de telecomunicación (teléfono, móvil, Internet, fax, etc.).
Gracias a compras previas, a encuestas realizadas a los usuarios, a concursos, etc., se conoce la información necesaria para poder realizar el contacto con el usuario. Este contacto puede ser una llamada, un correo electrónico, un aviso SMS, etc.
Se debe tener cuidado con la información que se rescata de otros usuarios, o de los datos comprados a terceros. Debido a varias normativas, la intimidad e información privada del usuario debe quedar salvaguardada, y solo debe ser usada bajo su expreso consentimiento. De lo contrario, se podrían tener problemas legales usar sus datos.
El telemarketing presenta sus claras ventajas, pues supone un medio de comunicación eficaz si además se le presenta una promoción o descuento. Además, frente a este método, la fuerza de venta que aplica el asesor sobre el usuario suele ser bastante fuerte, pues informa de manera muy eficaz algún producto o servicio.
Cabe la posibilidad de que, además de las promociones, el usuario pueda adquirir el producto desde su hogar, lo que ganaría un punto a favor de la empresa. Además, el usuario podrá resolver todas las dudas que tenga sobre el producto o servicio que vaya a adquirir con el asesor que le esté ofreciendo su servicio. También, se ahorrarán costes de transportación y tiempo.