La definición de coste del capital hace referencia al coste en el que incurre una compañía para financiar sus proyectos de inversión por medio de los recursos financieros propios de los que dispone.
El concepto de coste de capital resulta de gran valor para la supervivencia de una empresa. Para calcular el coste de capital hay que tener en cuenta la relación entre la media de los distintos recursos financieros empleados para efectuar los proyectos e inversiones, y el valor que cada recurso cuenta en los recursos totales.
Cómo calcular el coste de capital
La fórmula para calcular el coste del capital es la siguiente
Ke = Rf + BI (Rm – Rf)
En donde:
- Ke = coste de capital
- Rf = tasa libre de riesgo
- BI = retorno de mercado
- BI (Rm – Rf) = conocida como la prima de la compañía
- Rm – Rf = la prima de mercado
Características del coste de capital
El coste del capital presenta una serie de características, entre las que se incluyen las siguientes:
- Cuanto menor es el riesgo de los activos, menor resultará el coste de capital.
- Coste no apreciable directamente.
- Se calcula por lo general en función del modelo CAPM (Capital Asset Pricing Model).
- Mayor dificultad de cálculo que el coste de la deuda.
El seguimiento del coste del capital debe ser lo más riguroso posible. Entre otras cosas permite mejorar la eficiencia de la compañía al optimizar el ratio coste-beneficio, encuentra las necesidades que presenta el negocio, analiza el coste unitario de producción y concreta el modelo económico de la compañía por medio del estudio de sus fuentes de financiación ajena y propia. El coste del capital es imprescindible calcularlo en el plan de financiación inicial de una empresa, para saber cuáles son las fuentes de financiación que más nos interesan.
La inversión en capital resulta de gran valor para que la compañía funcione correctamente, pero también se hace necesario estudiar el coste. De una manera muy sencilla, se puede decir que el significado de coste del capital es el coste de financiación para producir capital.
Entre las variables a tener en cuenta se encuentran el riesgo de mercado, en donde a mayor riesgo, mayor será también la rentabilidad exigida por los inversores y eso implicará un mayor coste para el negocio; los tipos de interés y el coste de financiación; y el coste de los recursos propios y el coste de oportunidad para poder disponer de mayor capital y hacer afrontar inversiones más potentes.