El concepto de ventaja absoluta en economía fue acuñado por Adam Smith para definir la productividad de una persona, de una empresa o de un país.
Eso sí, esta ventaja absoluta vendrá siempre determinada en función de la cantidad de factores de producción empleados para conseguir su fin y, el porcentaje de estos factores empleados tendrá que ser siempre lo más bajo posible. Por tanto, podremos hablar de ventaja absoluta cuando para producir un bien, producto o servicio se emplee el menor número posible de costes y recursos.
¿En qué consiste la ventaja absoluta?
Para que la teoría de la ventaja absoluta pueda funcionar los beneficios se tendrán que obtener a través de las ventajas comparativas, es decir, a través de un beneficio comercial. Por ejemplo, un país puede obtener la ventaja absoluta en la medida que comienza a comercializar productos en el extranjero y estos productos cuando van aumentando sus ventas, van aumentando los beneficios.
Una de las características de la ventaja absoluta es que solamente podrá tener lugar cuando uno de los competidores del mercado haya conseguido fabricar sus productos, bienes o servicios al menos coste que el resto de sus competidores. De este modo, la lógica indica que un país exportará únicamente aquellos productos en los que tiene garantizada dicha ventaja.
Ventaja absoluta y ventaja comparativa, ¿son lo mismo?
En este mismo contexto es frecuente preguntarse qué son la ventaja absoluta y la ventaja comparativa y cómo interactúan. La ventaja comparativa se entiende a través de la ventaja absoluta, es decir, existe una tendencia a especializarse en aquellos productos, bienes o servicios en los que se puede ser más eficiente y eficaz. Esta es la regla máxima del comercio internacional, puesto que un país o una empresa siempre procurará acceder a este mercado, pero para ello tendrá que apostar por el producto cuyos costes son menores haciendo una comparación con su competidor.
La ventaja absoluta y el librecambio
La ventaja absoluta también se relaciona con el librecambio debido a que para que tenga lugar esta condición no puede existir ninguna política arancelaria así como ningún otro impuesto que pueda dificultar la circulación de cada producto.
Para los expertos la ventaja absoluta es positiva para el crecimiento económico en la medida que se puede favorecer la competitividad entre personas, empresas o países.