El concepto de utilidad hace referencia a la medida de satisfacción por la cual los usuarios valoran la elección de ciertos servicios o bienes en términos financieros. Estos servicios y bienes cuentan con determinadas propiedades que satisfacen las demandas de los individuos, repercutiendo de manera positiva en los consumidores.
Se trata de un término muy amplio, que cuenta con múltiples acepciones. Otro significado de utilidad es el provecho o interés que se consigue con el uso o disfrute de un servicio o bien. Esto implica que cuanto mayor sea la utilidad, más interés habrá en comprarlo.
La utilidad de un servicio o bien cuenta con un elevado nivel de subjetividad, ya que puede ser valorado de diferente manera por los consumidores, atendiendo a unas necesidad, gustos o tendencias. Por lo tanto, en términos económicos resulta complicado realizar la medición exacta de utilidades.
En el ámbito de las finanzas también se asocia el término utilidad a la ganancia que se consigue a partir de una inversión o venta. Es el caso por ejemplo de una persona que gasta 200 euros en la compra de artículos al por mayor, y tras revenderlos en el mercado minorista obtiene 300 euros. En ese caso, la utilidad conseguida sería de 100 euros. Por lo tanto se emplea como sinónimo de beneficio, ya que representaría la diferencia entre los gastos que tiene un negocio y los ingresos.
En este sentido, los usuarios toman decisiones en el mercado decantándose por aquellos artículos que les proporcionan mayores utilidades, teniendo en consideración los recursos disponibles, ya sean dinero o tiempo.
En el campo de la microeconomía se muestra este concepto a través de la función de utilidad, que refleja de forma ascendente como la utilidad va reduciéndose cuando el consumidor incrementa más y más la cantidad del bien o servicio que consume. El punto de utilidad máximo se consigue cuando ya no se consume más.