El concepto de obsolescencia se utiliza en el ámbito de la economía y finanzas, entendiéndose como la reducción de la vida útil de un bien de consumo debido a un avance tecnológico o a un cambio económico.
No debe confundirse este término con depreciación, que consiste en el deterioro físico de un artículo a consecuencia del paso del tiempo. Por su parte, el significado de obsolescencia se vincula a la aparición de productos de mayor calidad, aceptación o menor coste.
La obsolescencia se debe a varios motivos, y todos ellos con un transfondo puramente económico:
- La imposibilidad de conseguir recambios adecuados, como puede ser el caso de los coches. En este sentido, la falta de repuestos obedece a un encarecimiento de la producción al ser series cortas.
- También es víctima de los continuos avances en investigación y tecnología, ya que en un periodo de tiempo muy corto se pueden conseguir unos equipos de más calidad que superan a los anteriores. Es lo que sucede por ejemplo con los móviles o equipos de fotografía.
- La aparación de tecnologías sustitutivas, en donde el consumidor debe inclinarse por una opción. Uno de los mejores ejemplos de obsolencia puede ser el caso de los sistemas de vídeo VHS con la aparición del DVD.
Tipos de obsolescencia
Hay varios tipos de obsolescencia, que se relacionan sobre todo con la estrategia del fabricante:
- Obsolescencia programada: en el momento de fabricar un artículo se analiza cuál es el plazo óptimo para que un producto deje de funcionar y precise de sustitución o reparación, sin que el cliente pierda la confianza en la marca.
- Obsolescencia percibida: cuando se fabrica un producto con un determinado aspecto, y en un tiempo se comercializa otro prácticamente igual con algún retoque en el diseño. Un ejemplo pueden ser algunos modelos de móviles.
- Obsolescencia de especulación: se trata de poner en el mercado unos productos de baja calidad con intención de afianzarse en el mercado más adelante con la presentación de un producto mejorado