Se denomina mercado laboral o mercado de trabajo a la confrontación entre oferta y demanda de empleo de un determinado país o región. Oferta y demanda dependerán de las necesidades de empleo que requieran tanto empresas como ciudadanos de un país.
El mal funcionamiento de esta oferta es esencial para el desarrollo de un país, que depende del crecimiento económico y empleo existentes. Por ello, el buen funcionamiento del mercado laboral depende del empleo que se oferte y demande, de la formación que se exija y la que se oferte.
El salario es el precio del factor trabajo de un país. Cuanto menor sea el salario que se exija, mayor es la cantidad de oferta de empleo de dicho país. Por el contrario, cuanto mayor es el salario, más personas demandarán empleo pero menos trabajo se ofertará.
¿Cómo funciona el mercado laboral?
En cuanto al funcionamiento del mercado laboral, como hemos indicado, funciona a través de la ley de la oferta y la demanda de empleo, aunque esto no es del todo así. En este mercado existen regulaciones jurídicas, instituciones y demás organismos reguladores para proteger a los trabajadores y empresas. Ambos tendrán unos mínimos de trabajo, de salario, de condiciones, etc…
Esto mismo repercute enormemente a la hora de contratación de personal, puesto que cuantas más exigencias se requieran, más o menos oferta de trabajo ofertarán dichas empresas. Además de esto, y junto a la intervención de los organismos públicos las que provocan que este mercado no sea del todo perfecto. Algunas exigencias permiten que los salarios sean de determinada cuantía o con determinadas condiciones (contratos), condicionando que ofertantes (empresas, en este caso), no jueguen libremente entre oferta y demanda (trabajadores).
Gracias al concepto de mercado laboral y su buen funcionamiento dependerán otros indicadores (aunque es algo relativo). Hablamos de indicadores como el número de desempleados y de paro, Índice de Precios al Consumidor (IPC), población activa, entre otros…