Un seguro de ahorro es un producto que solo está disponible y ofrecen las aseguradoras. Con él, el asegurado podrá obtener un determinado dinero invertido que previamente se ha comprometido a abonar como prima, estimando una fecha en la que podrá obtener dicho dinero.

Al finalizar el plazo pactado, la persona que invirtió el capital podrá obtener cierta rentabilidad de lo que ha invertido. El plazo que establecen las aseguradoras para este tipo de productos va de entre los 2 hasta los 5 años, aunque este periodo puede variar e incluso alargarse hasta la jubilación.

Por otro lado, como hemos indicado anteriormente, hay una prima que el usuario debe aportar. Dicha prima puede aportarse de dos formas: de forma única (en la que se proporciona la cantidad desde el inicio); o mediante aportaciones periódicas (como puede ser cada mes, trimestre, semestre, etc).

Entre algunas de las características más básicas de los seguros de ahorro, encontramos:

  • Presentan una liquidez a plazo, siendo el periodo medio de unos dos años.
  • Si existen herederos, podrá tener cierto acceso al seguro de ahorro y beneficiarse de su capital.
  • Está indicado para un cliente con un perfil de riesgo medio.

Existen ciertas diferencias entre los seguros de ahorro y los depósitos:

  • Los depósitos están protegidos por el Fondo de Garantía de los Depósitos hasta un máximo de 100.000 euros por individuo y entidad.
  • El seguro de ahorro está respaldado por el margen de solvencia de la aseguradora en la que esté contratado; por otro lado, están supervisados por la Dirección General de Seguros.