Se denomina dinero rosa al poder adquisitivo que tienen las personas pertenecientes al colectivo LGTBIQ+ (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, intersexuales, queer y demás). El dinero rosa, por tanto, es la capacidad que tienen las personas dentro de este colectivo de poder gastar. Se trata de un colectivo cada vez más aceptado y que, según las empresas, puede suponer un nicho de mercado muy interesante en el que invertir.
Por ello, hay algunas que deciden establecer una línea de productos o servicios específicamente para este público, o incluso realizar campañas orientadas a este colectivo cuando se aproximan las fechas del Orgullo LGTBIQ+.
No obstante, cabe destacar que si bien algunas empresas lo hacen por propia iniciativa y por filosofía empresarial, otras lo hacen por crear una falsa responsabilidad social corporativa o intentar conseguir beneficio a su costa. Estas prácticas, además de poco éticas, son homófobas y reprochables.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas del dinero rosa?
A pesar de ser un término polémico, el dinero rosa puede representar ciertas ventajas para las empresas:
- Presenta una buena responsabilidad, al realizar campañas de marketing que integren personas del colectivo, diversas y libres.
- Nuevos nichos de mercados especial para el colectivo, ofreciendo servicios y productos específicos. Por ejemplo: hoteles, cruceros, fiestas, etc.
- Permite que las compañías defiendan y valoren los derechos de la comunidad.
Por otro lado, también existen desventajas:
- Se mercantiliza el movimiento LGTBIQ+. Se utilizan campañas de forma masiva para aumentar el número de ventas, no dando la importancia que se merece al colectivo ni a sus principios.
- Desvirtualización de eventos como la marcha del orgullo LGTBIQ+ o el mes del Orgullo (junio), que se convierte más en un acto para promocionarse que para luchar por derechos.
- El número de personas trans desempleadas es mayor, haciendo que el poder adquisitivo de las mismas se vea reducido y, por tanto, perjudicando el concepto de dinero rosa. Una mayor igualdad propiciaría que esto mejorase, aunque las condiciones la mayoría de las veces no lo permiten.