Los préstamos a fondo perdido, también conocidos como ayudas a fondo perdido o subvenciones a fondo perdido, son una buena opción si queremos empezar con nuestro negocio y no sabemos cómo. Se trata de un préstamo que es otorgado por el Gobierno de un país en cuestión y que sirve para financiar nuestro proyecto.
Normalmente, en este tipo de préstamos no se exige el retorno del mismo, pues se supone que será un fondo perdido (un dinero que se invierte y ya no se recuperará, o que no se sabe a ciencia cierta si se podrá recuperar).
Este tipo de subsidios son otorgados por los gobiernos de los países en los que sea necesario mover la economía del país de forma que generen actividad en éste y reactiven la economía de nuevo. Por ello, estas prestaciones las recibirán las empresas que deseen aumentar sus capacidades productivas a la vez que generar nuevos empleos.
También es habitual que el país otorgue este tipo de ayudas fondo perdido a sus zonas más desfavorecidas, ya sea porque les ha afectado la crisis más que al resto, porque el desempleo es alto en ellas, o porque han sido azotadas por un fenómeno natural que las ha dejado en una situación complicada (como un terremoto, un tsunami, etc.).
En muchas ocasiones, para poder acceder a este tipo de proyectos o ideas de negocio se necesita tener una buena idea que presentar. Se trata de ofrecer una solución a un problema de una zona concreta del país, presentando en la idea de negocio una viabilidad económica y financiera que justifique la concesión del subsidio. Es por ello que la idea no debe surgir con la intención de obtener la cuantía económica, sino por el simple hecho de ayudar por iniciativa propia.
No obstante, una de las alternativas que se plantea si no se consigue el préstamo a fondo perdido es la obtención de un préstamo personal con el que cubrir la inversión necesaria.