La cantidad de bienes o servicios que pueden obtenerse con una cantidad determinada de dinero según sea el nivel de precios es lo que se denomina «poder adquisitivo». En otras palabras, este concepto hace referencia a la relación entre el precio que un individuo, una empresa o un país paga por satisfacer sus necesidades y el nivel de recursos que se posee. Sin embargo, es importante tener en cuenta el valor de la moneda con la que se realice la compra antes de determinar cuál es el poder adquisitivo de una persona o una entidad.
A continuación, repasamos todas las características del poder adquisitivo y todo lo que debes saber sobre este concepto económico.
¿Qué factores influyen en el poder adquisitivo de una persona?
El poder adquisitivo suele emplearse para medir el nivel de riqueza de un sujeto: su medición está directamente relacionada con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y resulta un recurso ideal para comparar los niveles de riqueza entre individuos u entidades de distintos países, ciudades o regiones en un período de tiempo determinado. En este sentido, el IPC puede ser calculado para obtener una estimación del consumo de los hogares.
Uno de los factores que más influyen en el cálculo del poder adquisitivo es la inflación, ya que al haber un aumento sostenidos de los precios de bienes y servicios de un país, las personas tienen menor capacidad de compra. Además, si los ingresos de los individuos se mantienen a través del tiempo, pero se incrementa el precio de los bienes y servicios, las personas contemplan un poder adquisitivo inferior.
Con ello, la inflación y la pérdida del poder adquisitivo están íntimamente relacionadas: cuando los productos o los servicios que compramos con regularidad se encarecen, pero nuestros ingresos siguen siendo los mismos, entonces existen una pérdida de nuestro poder adquisitivo y, en consecuencia, una repercusión directa en el coste de vida.
Ejemplo para entender el concepto de poder adquisitivo
Supongamos que nuestro hermano Luis tiene un sueldo de 1000 euros y gasta alrededor de 200 euros en su cesta de la compra cada mes. Si en España, su país, se produce una subida de precios en la alimentación (inflación), la misma cesta que Luis suele adquirir cada mes podría aumentar su valor a 230 euros. De esta manera, Luis no podrá adquirir tantos productos si decide gastar los mismos 200 euros en su compra, o bien, deberá aumentar el gasto destinado a este fin. En definitiva, su poder adquisitivo habrá disminuido.