El término inmueble se utiliza para definir todos los bienes que se encuentran unidos de manera inseparable a un suelo. Los bienes que son considerados como inmuebles se denominan habitualmente bienes raíz o fincas. Éstas pueden ser parcelas -construidas o no-, naves, casas o locales. Los inmuebles tienen además una serie de características comunes a todos ellos.
Características de los inmuebles
Estas son algunas de las características de los inmuebles:
Registros de la propiedad
Los bienes inmuebles se inscriben de manera oficial en los registros de la propiedad. Cada inmueble se inscribe en el registro que corresponde a su localidad, lo que sirve como garantía y protección de los derechos que existen sobre propiedad para sus dueños.
Impuesto sobre bienes inmuebles
El impuesto sobre bienes inmuebles, también conocido como IBI, grava la propiedad de los bienes inmuebles en relación al valor declarado o comprobado para cada uno de ellos y de manera anual.
Garantía hipotecaria
Los bienes inmuebles se utilizan en el mercado financiero como el principal objeto de garantía hipotecaria, siendo esta una de las principales diferencias entre los bienes inmuebles y los bienes muebles.
Tipos de inmuebles
Dentro de los inmuebles encontramos dos grandes categorías principales, bajo las cuales se encuadra la gran mayoría de inmuebles:
Inmuebles urbanos
Los inmuebles urbanos son los que se encuentran dentro de las zonas denominadas y clasificadas como urbanas, habitualmente naves, edificios, casas y locales ubicados en el casco urbano o sus alrededores.
Inmuebles rústicos
Los inmuebles rústicos son los que se encuentran dentro de las zonas clasificadas como rústicas en el ordenamiento urbano, habitualmente campos, fincas de labranza o cultivo y en general los terrenos utilizados para actividades ganaderas, agrícolas y forestales. Dentro de lo que se denomina bienes inmuebles rústicos se encuentran también los embarcaderos y las minas de extracción.