Existen diferentes tipos de acciones de una empresa. En concreto, las acciones al portador son las más comunes y utilizadas por las empresas, ya que permite su transferencia de un titular a otro de un modo muy fácil y casi sin complicaciones.

En cambio, esto no sucede cuando se intercambia una acción normal o nominativa en la que figura el nombre del propietario de la acción en ella, perteneciendo este al registro de socios de la compañía a la que pertenece la acción. Antiguamente, esto era muy común entre las empresas, pero suponía un proceso muy molesto tener que cambiar el titular de la acción cada vez que ésta se quisiese adquirir.

Gracias a la aparición de las acciones al portador, los usuarios pueden intercambiar sus acciones de un modo mucho más fácil: la persona que posea el título será propietario de la participación en la empresa. Basta con recibir la acción que ha sido transferida. Esto permite que pueda intercambiarse de un modo mucho más fácil, y su venta no se convierta en un problema al no tener que cambiar de titular, realizar procesos legales, etc.

Ventajas de las acciones al portador

Entre sus principales ventajas encontramos:

  • Simple y rápida transmisión. Cuando se tienen acciones al portador se es más fácil poder transferir los títulos del comprador al vendedor, así como su cambio de dueño.
  • Ahorro en costes. Al solo tener que intercambiar un título que no hace falta registro legal (puesto que solo afecta al que porta dicho documento), se abaratan los costes, llegando incluso a anularlos.
  • Privacidad de los socios. Los socios no se tienen por qué conocer entre ellos y además guardan cierto anonimato. Esto se debe a que no existe un registro como tal de los accionistas que portan títulos accionariales de la empresa.