Cuando hablamos del escudo fiscal hacemos referencia al gasto que se reduce de la cuenta de resultados de una empresa con el objetivo de obtener el valor del beneficio antes de impuestos (BAT). Se trata de un valor que es inversamente proporcional al BAT: cuanto mayor sea el escudo fiscal (los gastos), menor será el resultado obtenido para el BAT, por lo que se tendrá que pagar menos Impuesto de Sociedades.
Para concretar, los gastos que son catalogados como escudo fiscal son los gastos operativos, financieros y extraordinarios, siendo capaces de reducir el BAT de la cuenta de resultados de la empresa que estamos teniendo en consideración.
La depreciación
Es importante que mencionemos el caso de una serie de activos con relación al escudo fiscal. Cuando hablamos de depreciación hace referencia al desgaste que se produce en un bien o activo. Dicho desgaste es ocasionado por el paso del tiempo y por el uso de dicho bien.
Pues bien, la depreciación sirve como escudo fiscal también, ya que se corrige el valor del activo designado como «depreciativo», descontándose de los estados financieros (incluyéndose la cuenta de resultados).
Los gastos financieros
Otro tipo de escudo fiscal es el ocasionado por los activos financieros, que generan gastos que deberán ser reducidos de la cuenta de resultados. En concreto, los gastos ocasionados vienen a manos de intereses o pago de cuotas o comisiones de dichos activos.
Características del escudo fiscal
Entre los aspectos fundamentales más importantes, encontramos:
- El escudo fiscal es efectivo cuando se generan beneficios empresariales y no pérdidas. Obviamente, si existieran pérdidas no habría que pagar impuesto de sociedades.
- En algunos casos, el escudo fiscal no produce una salida real de dinero en la empresa. Ocurre, por ejemplo, con la depreciación de un determinado bien (explicado anteriormente) en el que se va pagando impuestos de forma periódica, y no en un desembolso de efectivo.
- Para calcular el valor del escudo fiscal se debe multiplicar la tasa impositiva por el gasto o cantidad que se debe reducir de la cuenta de resultados de la empresa.