En finanzas se denomina swap, a un tipo de contrato realizado entre dos partes, cuyo objetivo es el intercambio de flujos de caja futuros. Son contratos financieros que no se realizan de forma standard, por lo que no son objeto de intercambios en mercados o bolsas, sino que se realizan en cada caso, ad hoc, entre una empresa particular y un banco, para satisfacer las necesidades de las partes.

¿Cuál es la finalidad de los SWAP?

Normalmente se utilizan para intercambiar flujos de intereses, concretamente intercambiar intereses fijos por variables o viceversa. Éste es precisamente el tipo de swaps más frecuente. En este caso, el swap afecta a una sola moneda. Sin embargo, no es el único tipo de swap que existe. Los swap pueden afectar también a los tipos de cambio de las monedas.

Los contratos de swap establecen las fórmulas por las que se intercambian los flujos de caja entre las partes, y especifican las tasas de interés aplicables, los plazos o fechas relevantes. También se especifican las monedas sobre las que se realizan los intercambios correspondientes.

¿Cómo funciona un SWAP?

Los swap se realizan sobre el mismo monto y periodo de tiempo, sobre el que se aplica una fórmula para el cálculo de los intereses sobre tasa fija o tasa variable. Por ejemplo, si una empresa que tiene un contrato con intereses variables, quiere pagar realmente una tasa fija, puede formalizar un contrato de swap en el que se va establecer la fórmula de intercambio de flujos.

De este modo, la entidad financiera con la que se firma el contrato se hará cargo de la tasa variable, y la empresa estará obligada a pagar al banco la tasa fija, calculada conforme a lo dispuesto el contrato.

Lo mismo puede realizarse en un swap para intercambiar flujos en moneda extranjera. En este caso, se especificarán las dos monedas y la fórmula de cálculo.