Un activo inmobiliario hace referencia a un bien inmueble que es propiedad de una determinada empresa, la cual utiliza dicho bien para poder generar riqueza o encontrar una manera de la que poder financiarse. Dicho bien será, en todo caso, un bien dentro del patrimonio de la empresa que lo adquirió.

Existen diferentes tipos de activos financieros. Entre los más conocidos está el residencial, que se utiliza como alojamiento para las personas (pueden ser apartamentos, casas o conjuntos residenciales); oficinas, que son utilizadas como un bien inmueble para realizar actividades empresariales de índole administrativo, financiero, técnico, etc.; bien comercial, que se utiliza para brindar servicios al público externo mediante locales comerciales o centros comerciales de gran tamaño; industrial, que es utilizado para llevar a cabo operaciones empresariales que requieren un mayor espacio por la complejidad de sus labores (como es la transformación de productos, la reparación, elaboración, almacenaje o incluso distribución); suelo, que es el que se compone de un terreno libre para poder modificarlo como el propietario quiera y construir en él alguno de los anteriores bienes inmuebles (o incluso no hacerlo).

Características de los bienes inmuebles

Estos son los aspectos de los activos inmobiliarios más importantes:

  • Los bienes inmuebles se contabilizan en las empresas, normalmente como fuente de ingresos o como un activo.
  • Son bienes que tienen presencia física y tienen una existencia en un determinado lugar.
  • Muchas veces, los bienes inmuebles pueden ser utilizados para garantizar el pago de deudas.
  • Por otro lado, los bienes inmuebles son útiles para poder generar ganancias, mediante su utilización, venta, arrendamiento, etc…
  • Es difícil medir la valoración de este activo frente a otro, debido a la heterogeneidad con la que cuenta (de difícil comparación). Esto mismo puede producir que un país pueda protegerse frente a la inflación, obteniendo rentas más favorables en el caso de que así lo permita.