Antes de explicar en qué consiste el concepto que estamos definiendo, vamos a aclarar qué es un swap. Se trata de un tipo de contrato entre dos partes cuyo objetivo es el intercambio de flujos de cada futuros.

El swap puede definirse como un derivado, sirviendo como cobertura en el caso de que los tipos de interés suban. Además, se utiliza para cubrir carteras cuando se están realizando inversiones, siempre y cuando se tenga en cuenta el riesgo que se debe asumir.

Y bien, ahora que conocemos resumidamente qué significa el concepto de swap

¿Qué es el swap hipotecario?

Algunas hipotecas tienen integrado este tipo de producto, sirviendo como seguro de cobertura, cuota segura o permuta financiera. El swap hipotecario permite pagar un crédito referenciado a un tipo de interés fijo en un periodo establecido, independientemente de las variaciones que se produzcan en el exterior.

El swap hipotecario puede ser beneficioso o no: depende de la situación del tipo de interés. Si el tipo de interés es bajo, sí merece la pena suscribirlo. En cambio, cuando el Euribor es muy alto, el swap hipotecario puede resultar muy nefasto para el usuario.

¿Cómo me afecta el swap hipotecario?

Una de las operativas que más daño está haciendo es que la entidad financiera de la hipoteca paga al cliente el Euribor a 3 meses vigente (o según lo pactado), siendo el pago del cliente un tipo de 5%. Esto es abrumador, pues si los intereses se calculan sobre el nominal del contrato (la hipoteca) el swap puede ser perjudicial.

En este caso, el tipo de interés de una hipoteca normal es de 2,5%, muy por debajo del 5% que, como mínimo, se paga con interés en el caso dispuesto anteriormente.

Por ello, es recomendable revisemos antes de contratar una hipoteca si el swap hipotecario a un corto plazo nos beneficiará o nos perjudicará, pues es muy relativo que pase una cosa u otra.