En términos económicos un producto estructurado es el resultado de la unión, en una misma estructura, de dos o más instrumentos financieros. Habitualmente los productos estructurados se forman mediante la unión de un producto a renta fija más uno o varios derivados financiero.
El derivado financiero usa como referencia un activo al que se denomina activo subyacente. El activo subyacente puede ser, por ejemplo, un tipo de cambio. También un tipo de interés como el Euribor, o un índice bursátil como el IBEX 35. En función de la evolución que tenga el activo subyacente se obtendrá una mayor o menor rentabilidad con el producto estructurado.
Los productos estructurados pueden ser completamente seguros garantizando la devolución del capital de la inversión. Por el contrario también encontramos productos estructurados de riesgo. En los que la devolución de la inversión depende directamente de la evolución del activo subyacente.
Tipo de Productos Estructurados
Estos son las clases de productos estructurados que podemos encontrar en el mercado financiero actual.
Deposito Estructurado
El deposito estructurado suele contar con la garantía de devolución del capital. Normalmente se estructuran con una rentabilidad mixta. Formada por un interés fijo y otro variable. El depósito es uno de los productos estructurados más seguro.
Fondo Estructurado
En el fondo estructurado las condiciones para el capital dependen directamente del activo o activos subyacentes seleccionados, así como de la fecha que se determine en la formalización del fondo.
Bono Estructurado
El bono estructurado cuenta con plazo que se fija previamente. La principal diferencia entre el bono estructurado y el depósito estructurado es que el primero no cuenta con la protección del fondo de garantía de depósitos, por lo que supone un mayor riesgo para el inversor. En este tipo de producto estructurado se puede obtener una gran rentabilidad. Pero también llegar a perder el 100% del capital invertido.