El llamado crédito blando es un tipo de crédito donde el prestamista ofrece al prestatario un crédito con unas condiciones muy favorables para este.

Condiciones del crédito blando

Dichas condiciones favorables pueden ser, primordialmente, dos:

  • Tipo de interés bajo. Normalmente, este tipo de créditos ofrecen un tipo de interés bajo, que se suele situar por debajo de los intereses de los créditos del mercado. Esto, obviamente, se agradece, pues hace que se incurran en menos costes por parte del prestatario.
  • Los plazos de devolución son más amplios. También pueden ofrecer la ventaja de tener un plazo de devolución superior al resto de créditos que se ofrecen en el mercado. Esta es una ventaja que permite a la persona poder devolver el crédito en un periodo de tiempo más amplio.

Principalmente, son estas las dos condiciones que conforman los créditos blandos. Ahora bien, un crédito blando puede acaparar una o dos de las anteriores características, dependiendo de las condiciones que el prestamista imponga.

Características del crédito blando

Las características que determinan que un crédito sea crédito bando o no, son las siguientes:

  • En cuanto a su característica principal, destacamos la que hemos venido comentando a lo largo de los párrafos anteriores: las condiciones favorables que ofrecen este tipo de créditos (bajos tipos de interés y plazos de devolución amplios)
  • El prestamista suele ser una entidad financiera pública. Esto se debe a que dichos créditos no buscan, primordialmente la rentabilidad, sino ofrecer ayuda económica a quien lo necesite. Es decir, que las entidades financieras no suelen ofrecer este tipo de productos, ya que lo que buscan con ello es rentabilidad, y no es el objetivo principal de estos créditos.
  • El principal objetivo de estos créditos es social. Los créditos blandos suelen tomar la forma de subvenciones encubiertas, ya que ofrecen ayudas económicas por parte de entidades públicas para financiar proyectos o cualquier otra cosa.