Cuando se habla de finanzas, estamos haciendo referencia a entidades o departamentos directamente relacionados con la circulación del dinero entre empresas, individuos y Estados. Las finanzas constituyen una rama de la economía que se centra en la gestión de recursos monetarios y, también, en su obtención.
Por ello, las finanzas están directamente relacionadas con el ahorro y la inversión. Pero también, con el consumo o gasto de las empresas o economías familiares, y con el gasto público. Si bien que, en este último caso, por oposición. Puesto que lo que no se gasta se ahorra y normalmente se invierte. En el caso de un Estado, sus finanzas están directamente relacionadas con su política fiscal.
El valor del dinero no es uniforme a lo largo del tiempo, sino que su precio cambia, como el de cualquier mercancía. Esto es importante, porque permite obtener beneficios – y también pérdidas – realizando operaciones con el dinero.
¿Cuál es el precio del dinero?
Pues simplemente la tasa o tipo de interés. Es el valor que se paga por el préstamo de dinero, y que es la diferencia entre el precio del dinero hoy y el que tendrá en el futuro. Cualquier operación con dinero tiene que tener en cuenta el riesgo y el beneficio. Ambos conceptos están en una relación directa. Es decir, cuanto más riesgo una tenga operación, existirá la posibilidad de obtener más beneficios (pero también más pérdidas).
Otra de las variables que más influyen en el valor del dinero es la inflación. En este caso, está ligada a las estrategias de los Estados, que optan por poner más dinero en circulación. De esta manera, la existencia de una mayor cantidad de dinero en el mismo mercado, determina que el valor del dinero disminuya, y, por tanto, que se encarezca el precio nominal de los productos y servicios.