Un término en finanzas de suma importancia es la de eficiencia de mercado. Se dice que un mercado es eficiente cuando los precios de los títulos o activos financieros que se comercializan en dicho mercado reflejan toda la información existente que hay, y se ajusta total y rápidamente a los datos que surgen nuevos.
En este sentido, los títulos que se presentan valorados de forma eficiente arrojarán unos beneficios sobre su inversión apropiados al nivel de riesgo que se está asumiendo. No existen títulos infravalorados o sobrevalorados, ya que la eficiencia del mercado implica que el valor intrínseco del activo se ajusta a la realidad. Por tanto, nadie gana más o menos porque un título esté mal valorado, sino por la astucia de saber vender el título cuando mejor venga.
Como consecuencia de ello, esta hipótesis nos deja entrever lo que anteriormente hemos mencionado: poder superar los resultados que se obtienen con el activo en el mercado es casi imposible. Para que ello ocurra, deberemos de conocer información extra para poder tomar una decisión racional (o probar a suerte, por si las moscas). Las noticias o la información que se conoce permitirían tomar una decisión sin jugar con el azar, y acercándonos a la idea de eficiencia de mercados (pieza fundamental de los mercados eficientes).
La predicción de lo que pasará con los valores de los activos financieros o títulos juega un papel importante en la toma de decisiones. Si esta se toma al azar y tiene consecuencias efectivas, no habrá problemas en los resultados obtenidos por dichas decisiones en contraposición de las tomadas u obtenidas por el mercado.
La irracionalidad del mercado es muy común cuando existe cierta inestabilidad en los resultados que se obtienen, originándose ciertos desajustes en mercados financieros como depresiones, burbujas, etc.